Comer para mí es lo mejor que existe, pero la comida se encuentra en una vajilla que represente lo que eso significa para mí, ya sea con letras o pequeños dibujos, será uno de los momentos del día que más disfrute.
Rosanna Bowles es una mujer que ha recorrido el mundo y ha visto los diferentes tipos de cerámica, pintura y arte; especialmente en una ciudad totalmente artesanal en Europa: Perugia, que significó una etapa que influyó para tomar la decisión de abrir su propio negocio en 1982 de vajillas de cerámica pintadas a mano que no solo fueran lindas, sino que también fueran funcionales, con una gran calidad y que no tuviera la necesidad de exceder el costo de producción.
Su promera colección, Casa Venturi, fue de 30,000 piezas realizadas a mano cuidadosamente y fue expuesta en la revista Metropolitan Home y a partir de ese momento, incursionó en este negocio que le ha dejado varios reconocimientos y premios.
Actualmente, su colección tiene una gran variedad de propuestas, que después de 22 años han mejorado con el paso del tiempo, desde modelos totalmente rústicos hasta minimalistas, para todas las edades y gustos.
No cabe duda de que seguirá innovando a futuro porque es un campo del diseño que parece poco explotable pero éste es un claro ejemplo de las ideas que se pueden obtener al enfocarse solo a una cosa y tratar de sacar el máximo provecho de ella.
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